Me entere que nunca dijo no, todo le parecía perfecto, se además, que siempre había una sonrisa en su cara para los demás, vi también que nunca se negó, siempre estaba disponible, se que fue el mejor amigo, siempre escuchaba, siempre aconsejaba, nunca discutió, evitaba las peleas.

Pero un día vi que se canso, no sonreía, estaba triste eso pude notar, no hablo, callo quedo, mire con asombro que no escuchaba y lo peor de todo era los comentarios de la gente: “que grosero, como se volvió, es un patán, ya no es el mismo de antes”.

Nadie le pregunto, lo mas triste que los demás solo se dedicaron a juzgarlo.
Entendí que lo que necesitaba era una mano amiga y que aun no la había encontrado, no la pidió, creo yo que pensó que estaría disponible si algún día la necesitaba, si algún día él se cansara de ser el que siempre sonríe.

Dejo de ver, dejo de oír, dejo de amar, dejo de sonreír. Se encerró tanto en si que lo que ocurriera a su alrededor no le importaba, que pena sentí en ese momento, ver como su alma se oscureció, ver como la luz de su alegría poco a poco de desvaneció. Pobre ser sin sentimientos.
Pasaron muchos días y nada cambiaba, pasaron meses y estos se convertían en años, y él seguía igual, lo pude presenciar. Hasta que llego ese día, el día en que todo cambiaria para él, escucho un susurro que llamo su atención, poco a poco sus ojos se abrieron y pudo observar una silueta que con el tiempo pudo apreciar con claridad, vio una sonrisa y empezó a recordar lo que era sonreír, se vio en aquellos ojos llenos de amor y sintió como su corazón volvió a latir, la toco y volvió a sentir. No lo podía creer, nunca pensó que recordaría todo aquello que hace mucho tiempo fue. Volvió a reír y estuvo riendo durante días, volvió a hablar y habló durante horas nadie lo podía callar, volvió a oír y nuevamente pudo escuchar a las aves que tanto le gustaban, volvió a ser una amigo y dio concejos y escucho a sus amigos, volvió a amar y le encantaba verse en el espejo que hay dentro de esos ojos negros que un día lo despertaron de aquel sueño que parecía eterno.