Se me olvido.
Siempre pensé que no servia de nada.
Una vez tuve alas y no las utilice nunca aprendí a volar, pero tenía una academia de vuelo, donde enseñaba corregía hasta lo mas mínimo, cuantas veces tienes que agitar las alas antes de un despegue, excelente profesor, todos me decían, pero el día esperado llego, nunca había tenido un alumno tan rebelde, el cual me reto a un vuelo, no supe que decir solo que acepte el reto de volar.
3:00pm el sol en su máxima expresión, un calor infernal, que ni el mismo se lo soportaba, la cita estaba pactada en la pista de decolaje, llegue puntual al igual que mi pupilo. El abrió sus alas, las agito y tomo carrera en dirección a la pista de decolaje, a su lado iba yo, a una velocidad increíble, el miedo me aterraba era la primera vez que volaba en publico, otra veces lo había intentado, pero obtuve solo fracasos, se acerca la línea amarilla, ya es tiempo de despegar, la ultima agitada de alas y cerré los ojos, al abrirlos me encontraba en el cielo, si por fin lo logre, volé alto tan alto que las nubes estaban a mis pies, pero ya es hora de aterrizar, lo voy a intentar primera vez que lo haré, el miedo se apodera de mi, pero lo intentaré, sigo dando vueltas y vueltas a la pista y no me siento capaz de aterrizar, me aterra el piso, el cielo se siente mas seguro y calmado y en el me siento confortable, me quedare aquí dando vueltas y planeando.
Ahora tengo alas y se como usarlas, pero también tengo pies y se me ha olvidado caminar.